Buenas tardes. Para empezar, no sabemos qué vamos a decir. No sabemos escribir un discurso, somos alumnos de ciencias y, al contrario que los de letras, no somos creativos ni nos interesa la cultura, algo que les envidiamos. Así que hoy, como no les queda otro remedio que escucharnos, vamos a decirles todo lo que esta generación blandita y “copito de nieve” se ha estado guardando. Sumado al estrés que supone estar en segundo de Bachillerato, hemos tardado cinco meses en saber el desarrollo y el contenido de la PAU. Ejem., EBAU. Mismo perro con distinto collar. Todo esto unido es un mix de alumnos enloquecidos y profesores histéricos, que no saben cómo enfocar su asignatura. Y es que tristemente, en este país el objetivo de la educación es formar alumnos sin criterio, sin opinión propia, sin sueños, ilusiones, objetivos… Qué pena para ellos que seamos nadadores a contra corriente, Quijotes que luchan contra molinos interminables, la Adela de Lorca que se atreve a romper el bastón. Sintiéndolo mucho por ellos, somos los revolucionarios franceses y las mujeres de los años 30 que luchan por su libertad de expresión. Aunque para ellos no seamos más que números, no nos vamos a rendir. Y es que no hay nada que nos defina menos que una nota. Al fin y al cabo tenemos criterio, opinión propia, sueños, ilusiones, objetivos… que un lápiz gris y unos bolis bic no recogen. Necesitamos pintar, necesitamos colores. Clara señal de que hay algo en la educación que está fallando. Queremos una mejor educación pública, laica, de calidad. Una educación que borre del mapa la existencia de una enseñanza privada que fomenta la desigualdad y la injusticia social. Queremos una educación pública que ofrezca las mismas oportunidades al hijo de un ministro que al de un carpintero. Y es que quizá de esta forma dejaríamos de estar guiados por incompetentes y habría menos cafés con leche en la plaza mayor. Menos papeles en Panamá, cuentas en Suiza, menos infantas que no saben lo que firman, sobres por debajo de las mesas, casos como la trama Gürtel, canal Isabel II, Teresitas, el Trompo,… Queremos una educación cuyo objetivo sea enseñar para aprender, no para aprobar. Ser y no parecer. Y que quede claro, no competimos entre nosotros, no buscamos ser el mejor. Solo debería existir una única competición, contra nosotros mismos buscando ser nuestra mejor versión. Por Francisco Javier Lorenzo Afonso |
Como adolescentes que somos, tenemos muy poca autocrítica, pero lo cierto es que también tenemos parte de culpa. Culpa de dejarlo todo para última hora, buscar el aprobado fácil, caer en la bajeza de recurrir al chantaje emocional, utilizar el móvil en clase o, pretender, tras un año sabático, sacar el curso adelante. “Me va a quedar solo tu asignatura” ,“es que después no encuentro plaza”, “chacho profe”, “yo no me enteré”, “cambia el examen”. Nuestras frases estrellas a la desesperada hora de llegar vivos a junio. Pero como se supone que en este acto capitalista y consumista, que ha perdido la esencia que tenía en un principio de despedir una etapa de nuestra vida, debemos ser felices, saltemos el muro del pesimismo y cambiemos un poco las tornas. Despidamos pues todas las vivencias que nos han dado estos seis años, dejemos atrás, sin olvidar todo lo vivido, un centro que ha sido nuestra segunda casa, y que a pesar de las vicisitudes, apreciamos. Ya que durante todo este tiempo hemos sido evaluados por este maravilloso sistema de notas, (ejem), ahora les toca a ustedes. Aprovechando que esta etapa ya ha terminado y que somos libres, es hora de sacar a la luz todo lo que nos hemos callado durante estos años. Agárrense que vienen curvas. Para evitar que el discurso se extendiera demasiado, nosotros empezaremos con algunos profesores y después nuestros compañeros, seguirán con el resto. Ruth, ¿te acuerdas de aquella primera clase en segundo de la ESO? Ha llovido bastante desde entonces. Durante los años hemos ido forjando una muy buena relación y hemos aprendido de ti a ser más optimistas, amar la tecnología, luchar por lo que realmente nos gusta y sobre todo, nos has contagiado esa sonrisa que siempre tienes, y que en los momentos más difíciles, no ha alentado a seguir adelante. No solo nos has enseñado formulas matemáticas complejas y temas interminables, sino que también, la formula para plantar cara a la vida con otra mirada. Siempre serás el i7 de los profesores. Por Alejandro de Paz Hernández |
|
Cecilio, salto del pastor, tiro con arco, rápel, múltiples pruebas físicas, bailes canarios, etc… hemos hecho multitud de actividades contigo con las que nos has sabido inculcar la tradición y el amor por cuidar lo nuestro. Eres un aventurero, gracias por dejarnos acompañarte en una parte de tu aventura. Guillermina, Física y Química no son precisamente materias fáciles, pero has sabido simplificarlas de manera que nos han resultado algo más llevadero. En un principio, sabíamos poco de tu lado más personal, conocíamos lo perfeccionista que eres, exigente, organizada, pero durante este último año especialmente nos hemos dado cuenta de la belleza de lo complejo.Gracias por tanto. Censi, hermoso caos. Eres la muestra clara de una persona polifacética, interesada tanto en la ciencia como en la cultura. Amas tanto las matemáticas como el cine, el pádel o el tenis. Benditas recuperaciones, recuperaciones de recuperaciones, y recuperaciones de las recuperaciones recuperadas. Podemos decir que te gustan las segundas oportunidades,… Y las terceras y las cuartas… Gracias por intentar siempre hacérnoslo más fácil y por llevarnos a Granada, una ciudad maravillosa mezcla de culturas y sentimientos al igual que tú. Marisa, tú, tuya y de ti misma. Diferente. Apasionada por su trabajo, firme defensora de sus ideales y con clara definición de lo que la educación supone. En un mundo lleno de clones y copias, estereotipos y modelos, estás tú. Eres la queja, la rebeldía, la hoja que no se deja llevar por el viento. Eres tú, tuya y de ti misma. Sigue siendo tú, en tu lucha. Quique, aunque al principio no teníamos mucho contacto, has sabido cómo hacernos llegar tu asignatura, sobretodo llegarme a mí, que soy la que quiero esto. Hiciste que gracias a tus excursiones nocturnas al Teide, trabajitos, y observaciones astronómicas, pasásemos de estrellas a supernovas en un abrir y cerrar de ojos. Gracias por mostrarnos parte del cosmos, gracias por entregarnos parte de ti. Por Laura Pérez Díaz |
Rosario. Nunca la biología fue tan dulce y la profesora tan salada. Tus anécdotas y tu planes B han hecho de las clases algo simple y ameno. Contigo una clase de seis parece de veinte. Siempre seremos tus niñas y en relación a la tutoría y como aportación general, bendito jueves que salíamos a la una. A pesar de que el año pasado no estuviste con nosotras todo el curso, siempre estuviste muy presente. Eres la rama donde encontrábamos abrigo y con tus chistes y tu buen humor, disparaste en el centro de nuestras tristezas. Gracias por querernos tal y cómo somos. Manolo de dibujo. Nos cuentan nuestros compañeros que siempre tienes la vista puesta en nuestro futuro, siempre dándonos consejos. Tú y tus exigencias, refranes, experiencias, anécdotas… que nos han ayudado a tener una mejor visión del mundo laboral y nos ha motivado a perseguir un mejor porvenir. Gracias Manolo. Mari Cruz: Eres nuestra canción favorita, aún recordamos el viaje a Roma, tu espontaneidad, creatividad y entusiasmo que contagias día tras día en tus clases de fotografía. Aportas otro enfoque y perspectiva al Centro y nos intentas guiar con otra mirada en un mundo lleno de gente monocromática y cuadriculada. Nos has mostrado el lado más artístico de la vida. Gracias. Manolo F: Durante este último año te hemos echado mucho de menos. La filosofía dejaba de ser una asignatura al uso y se convertía en un momento de reflexión intimista sobre quiénes éramos y qué pintamos aquí. Te deseamos lo mejor. Qué pena que esto se acaba. Por Noelia Díaz Afonso |
Por último nos queremos despedir de ti. Del que sin duda ha sido el que más tiempo ha pasado con nosotros. Te teníamos miedo, nos asustaba lo desconocido pero hoy podemos decir que te hemos disfrutado. No muchos te valoran pero sigues ahí, abriendo tus brazos de educación y cultura a todo el que las necesita. No desistes con los que tropezamos dos veces. No te olvidas de aquellos que en este sistema, no encajamos tan bien. Pocos saben este secreto. Pero son muchos los que vienen. Y se quedan. Quién olvidará los murales del huerto, la pachamama, el mandala,… Quién olvidará el olor de la cola y de la madera, el sonido de la sierra, o toc toc del martillo, cuando sumergidos en la Italia de mediados del siglo XV, replicábamos las máquinas de Da Vinci. Quién olvida. Quién olvidará los aplausos y los nervios detrás del escenario en Here and now, Balance, el cadáver del señor García o algún que otro drama de Lorca. Cómo olvidar los cursos de radio y cómo olvidar a Agapito. El proyecto de Radio Kiosko creció junto a nosotros como una manera de aprender, evadirse, comunicarse, perder miedo,… Y aunque nos marchemos, seguiremos en el aire. Quién puede olvidar. Quién no va a recordar,… Quién no te echará de menos. Nadie. Y chicos, ahora hablemos del futuro. Qué desastre… No sabemos que ponernos por la mañana cada día y vamos a saber qué hacer a partir de ahora. En fin, dejemos eso para otro momento. Hemos estado juntos estos dos últimos años. Cómo es lógico, todos tenemos diferentes personalidades, opiniones, gustos… Siempre encajas mejor con unos que con otros, pero a pesar de ser ser diferentes piezas, hemos logrado armar un gran puzzle. Desde aquí, les queremos desear a todos lo mejor. A estudiar que la EBAU está a la vuelta de la esquina. A partir de ahora cada uno tomará caminos diferentes pero seguro que nos volveremos a ver. La esperanza, Aguirre, nunca se pierde. Y cómo no podía quedarme con las ganas de decirlo: Muchas noches y buenas gracias. Por Laura Hernández Estévez |