Oda a la excelencia (A Boni… con mil razones)

Ando enhebrando una oda a la excelencia

del maestro aquel que llega sigiloso

se instala, se nos vuelve referencia,

intenso, trascendente, bondadoso.

 

Armado de templanza y de paciencia,

transita verso a prosa los pasillos,

su arte: transmitir, entre otras ciencias,

la estrofa de la vida…No es sencillo.

 

Ayer volvió a mostrar, dicción en ristre,

la clave que marcó la diferencia,

el pozo en el que halló ese combustible

que mezcla una de amor con persistencia

y obtiene sin remedio lo infalible.

 

Acopio de coraje en lo que hago

con letra y trazo ya de moraleja,

la lluvia torrencial de aquel Santiago

que a correr lo empujaba sin más queja…

 

Me acude ya nostálgico ese folio

que asoma a diario al borde de su funda,

tan pulcro, tan genuino, tan rotundo,

que arranca a toda TIC el monopolio.

 

Mi oda es al maestro solidario,

a aquel que nunca olvida que es persona,

el último en bajar del escenario,

el que la causa justa no abandona.

 

Y es cuando se atraganta el sentimiento

que no hay vocablo digno del mensaje;

¿quién puede sujetar en un bosquejo

la esencia de un guerrero y sus paisajes?

 

Ángeles Martín